Sería imposible expresar en pocas palabras
todo lo que sentimos los alumnos de la Trigésima Novena Promoción del colegio
San Francisco de Sales, mismo colegio que se ha convertido en nuestra segunda
casa. Y es que finalmente llego el día tan esperado, nos graduamos. De igual
forma expresamos nuestro máximo agradecimiento a nuestros profesores, que
indudablemente son pilares fundamentales en la formación tanto académica como humano-cristiana de
nuestra persona.
Como
Salesiano, no podemos dejar escapar la oportunidad para agradecerle a Dios, por permitirnos estar
aquí compartiendo tan hermoso logró de nuestras vidas. A nuestra Madre, La
Virgen María Auxiliadora por protegernos con su manto y llevarnos de la mano a
este día de graduación pues quien una vez entro por esa puerta, tuvo en su
corazón sensación de que no era casualidad sino causalidad de ella, que estuviéramos
estudiando en esta institución y que al transcurrir de los años, estemos todos
reunidos celebrando este memorable momento. Por último pero no menos
importante, a nuestro Guía “Don Bosco”, por ser
ese ejemplo de alegría y sobre todo santidad para nosotros los jóvenes.
Hoy nos sentimos sumamente
orgullosos, pues logramos una meta importante en nuestras vidas, sabemos que el
recorrido no ha sido fácil pero que la recompensa es maravillosa. Está
satisfacción no solo se puede percibir en cada uno de nuestros rostros alegres,
sino también, en la cara de nuestros familiares quienes son la base primordial
para el éxito que hoy cosechamos, no cabe duda que sin ustedes, simplemente no
hubiésemos podido lograr estar aquí.
Los años que compartimos, serán
simplemente inolvidables, cada uno de nosotros se lleva en su memoria, un
recuerdo de algún momento vivido en estas paredes que nos rodean, alguna anécdota o tal vez algo simbólico que
lo identifique. Son muchos los sentimientos que logramos experimentar en cada
una de las vivencias que tuvimos en el colegio.
Cuando recordemos todas estos hermosos momentos, extrañaremos el volver a ver a
los amigo, y sentarnos por los alrededores a conversar, o simplemente, volver a
vivir esos días tan emocionantes como “Las Olimpiadas”. Ver el acto del encendido
del fuego olímpico o apoyar a tus compañeros mientras te representaban en la
selección del colegio. Acá,
tuvimos amigos o mejor dicho “panas”,
nos peleamos, nos reconciliamos, nos enamoramos, nos ayudamos,
simplemente pasamos la mejor etapa de nuestras vidas, que ya mañana no serán
más que recuerdos hermosos de nuestra adolescencia.
Nuestra promoción treinta y nueve,
es la mejor, y con ella hemos aprendido a convivir, respetándonos el uno con el
otro, teniendo tolerancia y siendo solidario con mi compañero. Esos valores,
que no en cualquier institución se esmeran por enseñártelos, aquí, simplemente
lo hacen diariamente sin esperar nada a cambio, manteniendo la esperanza de que
inculcándonos esos ideales, logremos llegar a ser “Buenos Cristianos y Honrados
Ciudadanos”.
Para
los que creemos que los sueños se hacen realidad, podemos decir que hoy es un
“Sueño hecho realidad”. Y es eso, ese espíritu de soñar, de seguir
adelante, lo que hoy, queridos amigos,
queremos transmitirles. No basta con graduarnos, con sacar buenas notas, con
saber que trabajaremos en una empresa o que continuaremos nuestros estudios a
nivel superior, no, no basta, simplemente debemos seguir soñando y teniendo
metas aún más fuertes y poderosas de las que ayer. Pues eso, es lo que nos dará
la fortaleza y perseverancia para levantarnos día a día a obrar bien, sin
importar nada, simplemente al mejor estilo salesiano. Recordemos, que al
finalizar este acto, seremos “ex-alumnos”, un título que nos refleja: “adultez,
alegría, humildad pero sobre todo responsabilidad”, que a donde quiera que
vayamos transmitamos ese espíritu de salesianidad, esa alegría que contagia a
la persona que está a tu lado, y le permite experimentar ese gran sentimiento
de la hermandad.
Compañeros,
los que nos viene no es fácil, pero eso a su vez nos motiva a seguir adelante,
debemos tener presente que tras cualquier eventualidad o suceso hay algo positivo y es ahí donde
debes buscar la forma de sobreponerte a los obstáculos para así sacar algo que
te impulse a ser emprendedor en la vida. No importa, que tan feo pinte el
paisaje, pero siempre sé positivo y
recuerda que “Después de las nubes, el cielo es siempre azul”.
Como dijo
San Francisco de Asís “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es
posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Trazarnos una meta, sin
tener en mente lograrla y luego prepararnos para conseguir otra, es simplemente
limitarnos, y no podemos vivir así, es aburrido tener un estilo de vida
monótono, seamos diferentes, marquemos la diferencia en un mundo donde se
necesita de mucho coraje y voluntad para mantener nuestros buenos ideales y
mejorar la calidad de vida de las personas. Nosotros los jóvenes, somos los
principales impulsadores del cambio, la vida continua, es cierto, el mundo
sigue girando, es cierto, pero Tú, eres el único quien puede darle el sentido a
ella.
Cito
una frase que me llamo mucho la atención de la Madre Teresa de Calcuta “Para hacer que una lámpara esté siempre encendida,
no debemos de dejar de ponerle aceite.”. Sabemos que el camino estará lleno de
obstáculos, pero que valdrá la pena, sin embargo no seremos ingenuos, debemos
comprender que más de uno de nosotros caeremos, pero sin embargo nos
levantaremos con más hambre y sed de conseguir esa meta. Nunca dejemos de ser
pro activos en nuestras vidas, agradezcamos a Dios por cada instante que nos
permite respirar y alimentemos nuestra alma con la Oración y la Eucaristía, como
a una lámpara con su aceite. Pues todo salesiano sabe que el mejor alimento del
hombre, no es el pan, sino la Ostia Consagrada.
Hoy, de aquí no solo salen “futuros
ingenieros, contadores, doctores mecánicos o artistas”. Sino también
hombres y mujeres honrados que a su vez serán buenos ciudadanos. La vida no es
cuestión de suerte, sino de sacrificio, esfuerzo y fe, pero sobre todo de
actitud, esa que debemos tener a la hora de marcar la diferencia, a la hora de
obrar bien, sin mirar a quien, simplemente sabiendo que estamos dejando nuestra
huella salesiana a lo largo del Mundo.
A veces mirar hacia atrás es útil, porque nos damos cuenta de
todo aquello que dejamos y también de lo que conseguimos, nos damos cuenta que
ya no somos niños y que a partir de ahora enfrentamos una realidad diferente, tendremos que luchar contra muchos miedos, para así
lograr controlarlos, y es ahí cuando recuerdo esa frase alentadora de nuestra
querida Madre María Mazarello “A veces nuestra imaginación nos hace ver cosas
muy negras, cuando son totalmente blancas”, ¿por qué tenemos que complicarnos?,
¿por qué en ocasiones nos interiorizamos ante los obstáculos que tenemos que
enfrentar y hacemos que se vean inmensos para nosotros?, será por la mala
costumbre del ser humano de ver fácilmente los defectos en la persona, pero les
cuesta decir sus virtudes. Ya cumplimos una parte de nuestro sueño,
somos finalmente bachilleres ahora falta alcanzar nuestra meta mayor que será
la que cada uno de nosotros nos propongamos, dejar de persistir por nuestros
sueños no es una opción, llegar a la cima ese es el límite.
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Por siempre Promo 39
2012-2013